Continuamos con mi aventura y mis primeros viajes, por supuesto
que al principio allá por finales de los 50 o principio de los 60 , solo
los muy ricos salían al extranjero, pero la clase media podía
tomarse vacaciones, por lo menos en Argentina eran épocas de
vacas gordas o yo con mis ojos de niña era lo que
sentía, que en mi casa podíamos irnos de vacaciones TODO UN
MES ENTERO.
Cuando ya fui un poco mayor,
comenzamos a viajar por el país, y mi padre me
llevaba un poco a la montaña o sierra y otro poco al mar.
Como ya sabéis la Argentina es muy
muy grande y para alguien de la
capital, poder ver una sierra, una elevación del terreno hay que
hacer muchos, muchos kilómetros de campo "LA PAMPA"
Con seis o siete años fuimos
a Merlo provincia de San Luis, ríos, montañas. con mucha vegetación, diques,…
Varias noches mi padre y mi tío salían a cazar y al día siguiente buscábamos un lugar bonito, con agua, sombra
y lugar donde poder hacer un conejo asado…
Por supuesto los juegos
eran subir a un árbol, hacer una piscina
en el río para poder nadar, visitar las
iglesias de algunos pueblos. Allí hay muchos lugares donde se hacen pequeños altares donde alguien tuvo
un accidente y no sufrió grandes
lesiones, o si fueron más graves, pudo
salir de ello o por otros motivos.
Dado que me gusta tanto la montaña, fuimos
varios años a San Luis a Potrero
de los Funes, ahí un pantano muy grande,
un hotel que ahora llamaríamos rural,
con pensión completa, donde habíamos
muchos chicos para jugar y la
aventura de ver huellas de tigre, pantera, o algo así , ya no recuerdo, o uno de los
camareros que nos daba una vuelta en la moto que tenia.
Nuestros juegos a la hora de la siesta era ir detrás del hotel,
bajo los árboles a cavar en la tierra u buscar gusanos para que los que estaban en el hotel pudieran pescar
en el pantano, y los fines de semana venían
de las ciudades más cercanas gente con lanchas a
navegar, hacer esquí acuático y a pescar. Todo estaba permitido.
Y por supuesto pasábamos unas vacaciones que no había tiempo para el aburrimiento.
Otro año fuimos a Mendoza y
después a Potrero de los Funes, en Mendoza,
cuna del vino, vistamos bodegas, y los
campos de viñedos que son distintos a los de España, las vides son altas, grandes, están en enrejados y claro todo a una niña de 6 - 7 años le parecía gigante, desde las uvas, melocotones y los toneles de vino.
No tenía a tiempo para el aburrimiento, disfrutaba cada momento de
las vacaciones, aprendiendo a recomer
aves rapaces, ver como hacia pan en
cabañas humildes, visitara algún
museo, todos los días eran aventuras sin
parar.
y de Mendoza me olvidaba lo mas importante, llegar al Cristo Redentor
con la frontera con Chile,, pasando por los caminos de lso caracoles y por Puente del Inca, que ahora es un lugar muy turístico y existen unas de las mejores pista de esqui.